lunes, 4 de junio de 2012

El Camino del Kaizen


El camino del Kaizen

de  http://homominimus.com/




Un viaje de mil Li empieza con un primer paso.
-Lao Tse





 Cuando intentamos dar un golpe de timón  en nuestra vida nos solemos encontrar  con la inercia, la tendencia de todos los sistemas a mantenerse en su posición de equilibrio. Esto ocurre en las organizaciones y en los individuos. Todos conocemos personalmente la duración y eficacia de los buenos propósitos de comienzo de año, por poner un caso, o de los proyectos faraónicos de cambios de sistema en las empresas,  y su tendencia a  convertirse en zombis o proyectos muertos que se arrastran moribundos durante meses y años  hasta desaparecer.
En el mundo occidental el enfoque es “Más es más”: cuanto más esfuerzo realicemos más conseguiremos, y se considera de pobres de espíritu o poco ambicioso el orientarnos hacia  modestos avances. Cuando queremos progresar buscamos las grandes innovaciones y los cambios de paradigma. Tendemos hacia los cambios cuánticos.

La filosofía de Kaizen es igual de ambiciosa en sus metas finales, pero elige un enfoque centrado en el proceso y en el poder de los pequeños ajustes  para progresar. Se trata de realizar un cambio incremental. “Menos es más” ( al menos en el largo plazo).

El Kaizen, traducido del japonés como “mejora”, supone un proceso de mejora constante e incremental desarrollado con pequeños pasos acumulativos, que pueden parecer insignificantes en un principio, pero que sostenidos de manera constante en el tiempo pueden alcanzar resultados extraordinarios. El sistema de productividad japonesa está organizado alrededor de este principio.

 La eficacia de este modo de pensamiento y acción  reside en su capacidad para pasar por debajo del radar del sistema de protección del organismo. Cuando nos enfrentamos a algo nuevo las alarmas se disparan y el miedo aparece. Cualquier modificación que queramos realizar en nuestra vida es potencialmente un peligro.  Para unos pocos, este miedo es transformado en energía y entusiasmo, pero para muchos de nosotros el miedo es paralizante, nos hace entrar en visión de túnel y termina por conspirar contra nuestras intenciones iniciales. Si en vez de orientarnos hacia un salto cuántico decidimos variar un solo elemento del sistema, el temor es más manejable.
Esta filosofía de la acción tiene por tanto un trasfondo minimalista: si queremos lograr algo mantenemos la meta a largo plazo,  pero nos centramos en el siguiente paso: pequeño, gradual y en apariencia modesto.

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