lunes, 6 de marzo de 2017

Fundación Pedro Cavadas

Pedro Cavadas. Superación y Labor Humanitaria más allá de la Medicina 
Fuente Original:Todo en la vida es actitud.
El Dr. Cabadas es una de esas personas que dejan una huella imborrable en el mundo. Una de esas personas incansables, que se sienten orgulllosas de dar lo mejor de sí mismos y que nunca aceptan un “no” por respuesta. Una de esas mentes con un corazón admirable que merece un enorme agradecimiento por parte de toda persona por todo lo que ya ha aportado en esta vida…
Para quien no lo conozca, Pedro es probablemente uno de los mejores, si no el mejor cirujano microquirúrgico en el mundo. Sus trabajos así lo demuestran. Los pioneros transplantes y reimplantaciones de piernas, cara o brazos llevan nombre de su equipo. Allá donde nadie se ha atrevido a operar, Pedro siempre ha buscado la última opción, y siempre ha salido con éxito.
A primera vista, solo esto ya merece un respeto, y una mencion especial por su profesionalidad y por ese afán de superación que le caracteriza. Y sin embargo, esto no es nada comparado con su parte más humana…
Siendo todavía muy joven, el Doctor Cabadas ya disfrutaba de un estatus de cirujano rico y ambicioso. Conducía coches deportivos y no le faltaba trabajo. Se puede decir que tenía un excelente nivel de vida…
Y sin embargo, la muerte de su hermano y algunas visitas a Africa, le llevaron a sufrir una transformación personal que hoy ha hecho de este hombre un verdadero ejemplo a seguir.
En 1996 creó la Fundación Pedro Cavadas, donde su equipo practica 1800 operaciones anuales. Una organización sin ánimo de lucro cuya misión es “ayudar a aquellos que no pueden elegir y a la vez devolverles aquello que nos ha sido dado”. Y con aquello, comenzó a sufragar los gastos de operar gratis en algunos de esos países más desfavorecidos en el mundo. Una verdadera muestra de altruismo.
Fundación Pedro cavadas
“Fue ver la humanidad real, la gente que tiene vidas duras y encima está contenta. En las zonas duras del planeta, la gente no está de mala hostia todo el día. Al revés, lo pasan mal, pero los ratitos en que no lo pasan mal están alegres. Bailan, cantan. ¿Cómo es esto posible? En Occidente lo tenemos casi todo, o eso nos hacen creer, y estamos de mala leche todo el tiempo. Estamos deseando siempre otra cosa. Allí no tienen nada, no desean nada y están más contentos que Dios. Y piensas: «A lo mejor habría que aprender un poco más de esta gente».
Regalé el Porsche. Era ya el tercero que tenía. Si trabajas, ganas pasta; y si ganas pasta, te compras un gran carro. Y al día siguiente ya estás mirando si hay uno mejor. Y acabas cambiando de carro cada dos años, total, ¿para qué? Te gastas una cantidad de dinero insensata en joder a los demás. Porque te lo compras para ver si con un poco de suerte ves a un tío que te cae mal y le das envidia. Es una rueda absurda de la que me salí.”
Aquella gente le dio más fuerza para luchar por aquello que había buscado. Nunca pensó dedicarse a la cirujía estética, lo suyo ha sido la cirujía reconstructiva.
“No tengo ojeriza a la cirugía estética, sino poco aprecio. Con todo mi respeto a quien la practique y la reciba, es la cirugía de las sociedades saciadas. Cuando alguien está saciado, tiene más comida de la que puede comer, más música de la que puede oír, más placer del que puede experimentar, entonces se empieza a preocupar por la puntita de la nariz o el michelín. Cuando la gente tiene vidas duras, y la mayoría de la humanidad las tiene, no se preocupa de eso.”
Infatigable genio de la medicina moderna, Pedro Cavadas es un ejemplo de autosuperación y rechazo a lo imposible, uno de esos ganadores que logra despojarse de los límites que nos han inculcado desde pequeños y que muchas veces cierran las puertas a nuestras aspiraciones.
Y que ojala siga adelante…

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