lunes, 6 de marzo de 2017

Sácale brillo a tu historial de fracasos

Independientemente de cuál sea tu edad o tu profesión, seguro que alguna vez te has enfrentado a la tarea de recoger (y quizá también inflar) todos los éxitos y los logros que has ido recogiendo a lo largo de tu vida y plasmarlos en un curriculum.
A todos nos gusta recordar de vez en cuando las cosas buenas que hemos logrado y los méritos que hemos cosechado, ya sea en nuestra carrera profesional o en cualquier otro aspecto de nuestra vida.
El único problema es que, a base de repetirnos nuestros logros y lo fantásticos que somos en todo lo que nos proponemos, corremos el riesgo de acabar creyendo que todo salió bien a la primera y que sólo los perdedores cometen errores. Y esta creencia es el primer paso a desarrollar un fatídico miedo al fracaso, que puede acabar limitando las experiencias que nos atrevemos a vivir y nuestros éxitos futuros.
Por eso hoy me gustaría sumarme a la iniciativa de Melanie Stefan y de otros científicos, empresarios o blogueros de recordar que, detrás de cada uno de esos éxitos que tanto nos enorgullecen, existen una ristra de fracasos, experimentos fallidos y decepciones que dieron forma a nuestro camino y sin los cuales no podríamos haber logrado alcanzar lo que conseguimos.

El historial de fracasos

Jack Ma, el fundador de la plataforma Alibaba, reconoció que antes de convertirse en el hombre más rico de China tuvo que enfrentarse a una larga serie de rechazos. En una entrevista reveló que fue rechazado por tres universidades distintas (Harvard llegó a rechazarle diez veces), hasta que acabó desistiendo.
Posteriormente, buscó trabajo sin descanso y fue rechazado por varias empresas y organizaciones, incluidos el departamento de policía y la cadena de restaurantes de KFC. De hecho, recuerda que de las 24 personas que se presentaron para trabajar en la cadena, él fue el único al que no acabaron contratando.
En mi caso, por orgullosa o contenta que me pueda sentir actualmente con mi vida, aún recuerdo el sentimiento de derrota que viví cuando salí de la Universidad en plena crisis en España y me di de bruces con el “mundo real”. Mandé mi curriculum a decenas de empresas que no se dignaron ni en darme las gracias. En aquel tiempo habría dado absolutamente todo por recibir una respuesta positiva de alguna empresa de construcción en España.
Pero hoy, mirando atrás, doy las gracias de que no me contestaran de ninguna de las empresas ofreciéndome lo que quería y de que tomara la decisión de irme a Alemania a empezar de nuevo. No puedo saber lo que habría pasado en caso de haberlo conseguido a la primera, pero es probable que me hubiera perdido mi experiencia viviendo en Alemania y trabajando en toda Europa.
Y quién sabe si hubiera llegado a crear este Blog, co-fundar Creciendo de Viaje y vivir todas las aventuras que he vivido en los últimos años y de las que me siento casi más orgullosa que todos mis logros profesionales juntos.

Los fracasos que nos perfilan

Tener éxito a la primera, en todo lo que te propongas, no es la fórmula mágica que pueda parecer en un principio.
Si Jack Ma hubiera tenido éxito con su aplicación a Harvard o su trabajo en KFC, es posible que hubiera estado demasiado ocupado con sus estudios y con encontrar trabajo en una gran multinacional y no hubiera tenido tiempo para fundar Alibaba. E incluso una vez que tenía la idea en marcha, tardó más de tres años en conseguir los primeros beneficios.
Bill Gates se jactaba de contratar a personas que hubieran cometido errores en anteriores trabajos y que tuvieran el valor de reconocer por qué. Creía que las personas que eran valientes en reconocer sus errores y aprender de ellos, también lo serían a la hora de correr riesgos necesarios.
A veces es curioso observar que personas con una trayectoria impecable en la universidad, años después acabaron en trabajos con poca libertad de acción y que limitan su crecimiento personal.
Y precisamente otras que no triunfaron durante sus estudios o que nunca tuvieron la oportunidad de entrar a trabajar en una gran empresa, consiguieron logros de mayor escala que todas las anteriores, porque pudieron dar rienda suelta a su creatividad al no tener nada que perder.
Por eso hoy te quiero invitar a que te pares un momento a pensar en todos los pequeños fracasos, fallos, decisiones incorrectas o rechazos que has sufrido en tu vida y en tu carrera profesional.
¿Alguna vez te han rechazado de un trabajo, que ahora crees que hubiera sido un error aceptar?
¿Alguno de tus logros actuales se deben a un pequeño fracaso que tuviste hace tiempo?
¡Anímate a compartir con nosotros tus experiencias!

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